¿Matan las
escuelas la creatividad?
De esto
habla Ken Robinson en una conferencia con este mismo título, que me
gustaría aprovechar para comentar aquí.
Para empezar
las personas creativas por excelencia son los niños y las niñas,
que pueden jugar y pasar un rato inolvidable con cualquier cosa: un
palo que hace las veces de espada, bastón, varita mágica, una
piedra que puede ser un balón de fútbol inmejorable, o una simple
caja de cartón, que pueden convertirla con su prodigiosa imaginación
en un hermoso castillo donde viven príncipes y princesas.
Además, no
tienen miedo a equivocarse. Se equivocan y aprenden de sus errores.
Si les prohibimos hacer algo “porque está mal” ellos pensarán:
¿Por qué está mal? ¿Qué pasará si lo hago? En la escuela están
8 horas seguidas sin moverse de la silla, teniendo que prestar
atención continuamente a una persona que está explicando lo que
dice un libro de texto, y temiendo equivocarse para no ganarse una
reprimenda, o lo que es peor, un suspenso.
Pues bien,
nosotros les inculcamos ese miedo a equivocarse. En casa, en la
escuela, les reñimos, castigamos o suspendemos por haber hecho algo
mal, cuando ellos tal vez lo han hecho con la mejor intención del
mundo. Y es esto, lo que hace que pierdan esa iniciativa, esa
creatividad que les caracteriza y al crecer les transformamos en “uno
más” de la sociedad en la que vivimos.
Por eso
cuando crecemos nos encontramos necesitados y dependientes de lo que
la sociedad nos ofrece. Sin ir más lejos, en este mundo de la
tecnología muy pocas personas podrían vivir sin un ordenador, o sin
tener el móvil continuamente encima.
Así que,
¿realmente es este el buen camino?
Podéis ver la revista entera aquí:
http://www.dosydosmagazine.com/numero6/
Ya lo lei en su momento en la revista y me gustó mucho. Un abrazo amigo.
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